Mirando a mi alrededor, de cerca y de lejos, veo parejas en las que el amor equivale a sufrimiento, como si éste fuera la droga más difícil de dejar. ¿Dónde está la dificultad de ser conscientes en nuestras relaciones y de tomar nuestra propia responsabilidad en nuestra vida de pareja?
¿Qué nos pasa a las mujeres y a los hombres que sufrimos tanto por amor? Observo que por un lado, nuestra sociedad favorece que esto suceda. ¿Cómo? Con todos los mitos que existen alrededor del amor, películas de héroes y heroínas que viven un calvario pero al final arreglan todo en una escena romántica con mucho sexo ( y el problema actual no es sexual es ¡existencial!).
Recuerdo también de mis épocas ochenteras canciones con letras así : “morir de amor”, “y la vida con él se me fue”, “me alimento de ti”… Entre otras por el estilo.
Pero esto no solo es un asunto social, existe la parte que pone cada persona para que la relación sea disfuncional, o patológica, en casos más extremos.
Al principio del artículo hablo de responsabilidad personal y con ello me refiero a ¿Qué pongo yo para que esto suceda? Generalmente lo que hago es llevar a la relación:
- Un auto-concepto negativo. Qué valor le doy a lo que soy y a lo que hago
- El miedo e intolerancia a la soledad
- La idea de que la persona perfecta “podría satisfacer todas mis necesidades”. Con ella tendría la relación amorosa ideal
- Necesidades insatisfechas que busco cubrir con otra persona que es “difícil”
- Mi historia personal y familiar (tanto de mi familia de origen o si ya formé la propia y además soy padre o madre, ya que mi relación de pareja influye en el desarrollo de mis hijos)
- Mis demonios: Estos no tienen cola y trinche pero interrumpen mi crecimiento como persona ¿qué son? : Son introyectos ( ideas que no son mías, las aprendí, pero las asumo como tales), experiencias obsoletas ( pautas y patrones de conducta que ya no me funcionan pero es la forma de pensar, sentir y actuar conocida y segura para mi) y los asuntos inconclusos ( situaciones que quedaron pendientes o sin resolverse en relación a otra persona)
- Una historia de relación o relaciones de pareja tormentosas y caóticas cargadas de angustia y ansiedad.
Viendo nuestra relación de pareja desde esta perspectiva sucede que nos estamos relacionando desde la codependencia emocional, es decir, permitiendo que la conducta de la otra persona sea la que rige nuestro estado de ánimo y por ello intentamos, a cualquier precio, controlar la conducta de esa persona.
¡Eso no es amor!
Pongo este concepto sobre la mesa porque si caemos en este terreno será más fácil tener relaciones difíciles e insatisfactorias. Cabe aclarar que el o la codependiente no lo es de una pareja sino de su idea del amor y por ello esto sucederá con cualquier pareja y cuando no se tiene pareja habrá una búsqueda desesperada de otra y aquí es el punto donde corremos peligro de caer en manos de “amores caóticos” con los que habrá una relación malsana empapada del pensamiento de que vamos a salvar a esa persona, controlarla, cuidarla y alimentarnos de ésta como si fuera una droga.
Si estás en una relación en donde no eres feliz, sufres, estás angustiado (a) o tus valores esenciales se ven amenazados pero “crees” que vas a cambiar a tu pareja y te aferras a ello, pues….. ¡eso NO sucede en la realidad!, el amor humano no siempre es todopoderoso.
Existen varios estilos de amor de los que podemos esperar una relación caótica:
1. El amor teatral
Si has estado en un terremoto, con esta persona, estarás en medio de uno todo el tiempo. Es una persona muy emotiva, seductora, dramática e intensa.
Goza siendo el centro de atención y lo logra. Exige atención y aprobación las 24 horas del día. Te invade y te pide como si fuera un barril sin fondo.
Si quieres entrar en una relación tipo “caída libre” puedes encontrarla en un antro o restaurante de moda donde verás hombres y mujeres bien bronceados y con la mejor ropa de marca.
Es fácil caer en sus redes, son encantadores y halagadores. Si no sabes poner límites y marcar tu territorio será muy difícil mantener la relación. Al teatral no le gustan los límites y si le quitas tu afecto puede hacerte el peor tango o decirte que se quitará la vida.
2. El amor egoísta o narcisista
Será como girar alrededor del sol donde el sol es tu pareja que se ve a sí misma como grandiosa, única, especial, casi como una deidad. Tu serás su seguidor (a) aunque seguirlo, amarlo y admirarlo no te acercará afectivamente solamente agrandará su sentimiento de grandiosidad. Carece de empatía y es arrogante.
Sus necesidades siempre serán más importantes que las tuyas, “tendrás suerte de ser su pareja”, no lo podrás criticar por no estar a su altura pero tendrás que hacer un gran esfuerzo por tener una muy buena imagen ante los demás para que cuides de su imagen de gran hombre o gran mujer, ¿Estás dispuesto (a) a rendirle honores, admirarlo y dejarte manipular? o ¿Te le puedes enfrentar honestamente con el riesgo que conlleva?
3. El amor obsesivo
No importa que tan perfecto seas, en esta relación siempre habrá algo que “podrías haber hecho mejor”.
Una pareja así sistematiza, controla y organiza todos los aspectos de la relación desde las citas hasta las relaciones sexuales. También las emociones estarán bajo control y habrá reglas, imperativos y mucha exactitud.
Mas te vale estar dispuesto (a) a ser evaluado sobre altos estándares y deberías constantes. Si te gusta se examinado todo el tiempo… es tu tipo.
Es un tipo de amor rutinario, no fluye, no tolera los cambios con facilidad y tendrás que tratar de ¡no cometer errores!
Socialmente un obsesivo es una pareja respetable ya que es responsable ante los ojos de los demás.
4. El amor aislado
Te encuentras ante una persona indiferente ante ti que se aísla afectivamente, no hay seducción ni demostraciones de cariño; ¿Qué hay? Una necesidad enorme de independencia , el contacto íntimo le representa una amenaza.
Podría pasar como una muy buena persona, reservada y extremadamente respetuosa de tu tiempo y del suyo.
¿Cuándo estar con alguien así? Cuando quieras una pareja que no te invada o si para ti la conquista es un reto (que nunca lograrás…) porque la única manera de estar bien con un aislado es que deje de serlo, de otro modo vivirás con alguien indiferente y distante.
¿Puedes estar en una relación donde la soledad sea tu forma de vida?
5. El amor violento
Imagina lo que es convivir con alguien que no puede reconocer los derechos de los demás. Te encontrarás ante una persona que es una amenaza: desde asesinos hasta estafadores de cuello blanco sin remordimiento alguno (jamás experimenta culpa).
Si te gusta la adrenalina del peligro, estás con la persona que buscas, si quieres vincularte, aquí no es posible, sentirás que no existes para el otro. Con el tiempo la adrenalina se va y ya no es fácil salir de la relación porque es un amor que esclaviza y somete. Sentirás miedo y habrá violencia psicológica y/o física.
Es un amor al estilo de la serie “El cartel de los sapos” (narcotraficantes) donde el antisocial solo respeta al que ve como su igual en cuanto a fuerza así que el pronóstico no es bueno.
6. El amor borderline
En una relación de este tipo te sentirás en una montaña rusa de emociones, tu pareja a veces será autodestructiva, otras inestable o impulsiva, caprichosa, muy apasionada un momento y al otro explosiva, en otro momento cariñosa, al otro explosiva.
Impredecible e inestable, no puede vivir ni contigo ni sin ti, teme al abandono real o imaginario y hará todo para no ser abandonado (a).
Si se altera puede parecer y ser una persona peligrosa ya que en ese estado no funciona bien.
Sabe manipular, solo conoce el blanco o negro, cambia constantemente de estado de ánimo, tiene tendencia a las adicciones e incluso amenaza con suicidarse.
¿Cómo se que estoy ante una pareja así?
- Me ama y me odia
- Busca emociones extremas
- Por un momento veo su “lado bondadoso” y luego aparece un “lado oscuro”
- Es sumiso si lo voy a abandonar y luego se torna agresivo
- Veo que es una persona con muchas polaridades (amoroso, adorable-detestable, escandaloso-tranquilo, feliz-sufre, siente por mi atracción-repulsión).
Si es así, tu relación será disfuncional y sentirás angustia constantemente.
7. El amor perseguidor
Es un estilo de relación en el que tu pareja ve en ti a un enemigo, desconfía de todo lo que haces o busca tus motivos ocultos para proceder.
Son personas controladoras (generalmente inteligentes) que desconfían de todo y de todos.
Es como vivir con un agente de la CIA que sospecha a diario que lo vas a engañar, no solo en el terreno de la infidelidad, en todos los terrenos.
Como sufre por ti puede ser atractivo, si requieres un amor que te confirme que ¡muere por ti! es el “indicado” ya que te cuida y cela pero puede llegar a la celotipia extrema.
¿Crees que el amor sano requiere justificar al otro cada cosa que hacemos?
8. El amor saludable
No se trata de ser pesimista y pensar que no existe “el buen amor”, si existe y se basa en la responsabilidad y conciencia personal de AMBOS.
No existe el amor perfecto, existe el desarrollo personal en pareja. Para ser pareja necesito conocerme, recuperar mi “yo siento”, “yo soy”, “yo quiero”, “yo necesito”, “yo deseo”, “yo puedo”, “yo tengo” y “yo sé”.
Es imposible tener una relación sana si distinguir que “yo soy Yo y el otro es Otro”, y juntos somos “Nosotros”.
La vida en pareja puede ser un camino de crecimiento personal y espiritual y para ello los invito a iniciar un viaje para conocerse a si mismos, es un buen principio para ir al encuentro con el otro.
¿Estás dispuesto?
“Porque somos diferentes, somos únicos.
Porque somos diferentes, somos complementarios.
Porque somos diferentes podemos encontrarnos”
– Sergio Sinay
Si te sientes listo para hacerlo te recomiendo leer “Bruja sabia o histérica perdedora”
Mtra. Ana Ma. Goffin Staines
Psicoterapeuta
(Editorial Diana).
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