Ser violento es un aprendizaje vicario, lo cual significa que es una forma de asimilar, aprender y adquirir conductas nuevas por medio de la observación.
En la familia miras a tu alrededor y ensayas para la vida; ya sea para bien o, para mal.
Esos patrones de conducta se van transmitiendo de una generación a otra…
¿La agresividad es “mala”?
La realidad es que la agresividad es parte de nosotros, al igual que la sexualidad. Es una fuerza que permite la rebelión: un mecanismo de autoprotección y NO ES VIOLENCIA.
LA VIOLENCIA SURGE CUANDO LA AGRESIVIDAD SE DESBORDA, como cuando un vidrio se hace pedazos y nos lastima porque, en general, no nos enseñaron a expresar la cólera y el enojo constructivamente.
ES NORMAL SENTIR ENOJO Y FRUSTRACIÓN.
El problema es que parece que ahora está mal visto ser agresivo de manera constructiva, es como un tabú en muchas familias, ¡no se vale estar enojado! Mientras que, en otras casas todo se arregla a gritos, con golpes o con violencia psicológica.
¡Pero, el enojo es necesario! Cuando nos conectamos con nuestra parte agresiva y sentimos enojo o ira podemos IDENTIFICAR NUESTRA FRUSTRACIÓN, para poder expresarla sin destruir al otro o a nosotros mismos y así, marcar nuestras fronteras de manera sana. También ese otro necesitará saber cómo definir sus límites personales y defenderlos con autoridad y respeto.
Es vital aprender a lidiar con la ira, la violencia y el odio.
¿CÓMO MODULAR LA EMOCIÓN EN LAS RELACIONES INTERPERSONALES?
EXISTEN TRES CONCEPTOS BÁSICOS RELACIONADOS A LA AGRESIÓN CONSTRUCTIVA:
- LA EMPATÍA
Es la capacidad para ponerme en el lugar de otra persona para comprender lo que siente y lo que está viviendo.
Las neuronas espejo son la base de la empatía y muchos psicólogos y estudiosos de la neurociencia han observado que éstas se multiplican con los buenos tratos y el amor. Es decir, quien sufre de maltrato constante puede tener una disminución de estas neuronas en su cerebro y, ser menos empático que una persona que ha sido tratada con cariño y respeto. Por eso digo que la violencia empieza en casa…
La conducta agresiva DESTRUCTIVA revela una CARENCIA, FRUSTRACIÓN O FALTA DE CARIÑO que se traduce en enojo e ira que son expresados a través de VIOLENCIA física, sexual o psicológica: destruyendo a la persona agredida o a ti mismo.
2. EL AUTOCONTROL
El autocontrol emocional es la capacidad que nos permite gestionar de forma adecuada nuestras emociones y no permite que sean éstas, las que nos controlen a nosotros. De lo que se trata es que todas las emociones, tanto las negativas como las positivas, se experimenten y se expresen de forma adecuada.
3. LA ASERTIVIDAD
Es la clara expresión de mis ideas, sentimientos o emociones, sin daños a terceros y adecuada a cada situación en particular.
Hay que ser asertivo no siendo pasivo ni violento: estando en un punto intermedio.
¿Tengo que reprimir todos mis impulsos?
La respuesta es no. Tendrás que aprender a manejarlos PERO sin dejar de expresar tu enojo o desacuerdo, ¿cómo? canalizándolos adecuadamente. No se trata de “aguantarnos”, porque el nivel de explosión sería mayor.
Cuándo sabes que ese impulso que sientes es perjudicial y riesgoso para ti, porque va en contra de tu integridad, salud o autoestima y contra los que te rodean, entonces, ¡DETENTE!
SE TRATA DE NO ABUSAR O VIOLENTARNOS DE MANERA DESTRUCTIVA SOBRE LOS OTROS O SOBRE NOSOTROS MISMOS.
LA VIOLENCIA EMPIEZA EN CASA. SI TÚ CAMBIAS ,
EL SISTEMA FAMILIAR SE MODIFICA.
Ana Goffin
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