No soy gorda, tampoco flaca. Mediana, una común talla 8, a veces 10 cuando estoy hinchada. Nunca he sido una delgada y estilizada mujer que le quita el suspiro a las demás mujeres cuando camina a su lado ni aquella que va por la vida y todos le dicen “la gorda”.
Tampoco me siento tan afortunada porque ser mediana es estar en medio del mundo de las gordas y el de las flacas. Ni de aquí ni de allá, a la mitad de la báscula y de los problemas de gordura y delgadez. No me distingo entre las masas, “las medium somos medium”. Eso sí, no nos salvamos del sufrimiento por el estado de nuestro cuerpo, no hay escapatoria, seas del tamaño que seas , o, eso “creo” yo.
En la mitología nórdica Freya era la diosa del amor, la belleza, las profecías, la atracción , la magia, la sexualidad y la lujuria. Era irresistible, bella y voluptuosa -No soy como ella. Muchos se me resisten, ¿será por mi envoltura , por mi apariencia o porque soy muy complicada?-
Lo que no dicen los Nórdicos es que talla tenía Freya, puede ser que eso me hubiera ayudado, ¿qué tal que fuera M como yo?. Era voluptuosa ¿no? seguramente nunca usó una talla 2 y yo aquí estoy padeciendo porque no me siento bien dentro de mi propia piel.
Me siento ansiosa la mayoría del tiempo, me deprimo con facilidad y ya que estoy neteando soy medio descontrolada. Me enojo sin razón, grito, hago dramas y los novios que he tenido me han cortado diciéndome “loca” o afirmando que se sienten totalmente desesperados ante mi conducta.
No es que sea una destornillada de atar pero transpiro inconformidad y lo notan desde que me dicen ¡qué guapa! Porque no tardo en responder: -Ni tanto, me veo gorda, me veo ancha, este vestido me hace ver nalgona, mi cara se ve abotagada…- y todo tipo de frases de este estilo que tanto hombres como mujeres podemos enlistar sin ningún esfuerzo. Lo que pasa es que no soy la única, ellos ya se saben la letanía y nosotras cada vez la hacemos más larga, conozco pocas mujeres que se gusten mucho a ellas mismas. Bueno, a las cuarentonas y a las cincuentonas ¡les da por gustarse! y eso que están inmersas en su crisis de la edad, francamente a veces creo que es porque ya no ven bien y ahí las miro paseando en bikini su par de piernas con celulitis y su estómago flácido muertas de risa como si nadie viera su imperfección que dicho sea de paso no es una “ligera imperfección”. En el fondo, siendo sincera, las envidio. Se ven felices y cómodas.
Yo estoy medianamente pasable ante mi propia mirada. Me siento desnuda, observada y evaluada cuando uso traje de baño. Me siento como angelito gordo, desnudo y con alitas, de esos que hay pintados por todos lados en las iglesias.
Todo marcha mejor cuando tomo, el alcohol me viste más que un bikini. Obviamente me gusta el vodka, engorda menos. Entonces es cuando me siento mejor, algo así como más liberada. Hasta sexy me percibo y no me siento culpable de comer y eso es justo lo mejor del asunto: sexo y comida. No hay restricciones ni prohibiciones.
Al otro día, es otra historia, amanezco inflada y pobre del que se le ocurra hacer algún comentario respecto a mi apariencia, ya sea bueno o malo, yo lo leo de cualquier manera como: – Pareces una ballena a punto de parir que se quedó sin diuréticos.- Y así las cosas yo me pregunto si soy un huésped incómodo en un cuerpo común o si esto ya es un problema. Obviamente como percibo mis contornos está afectando mi relación conmigo y con los demás pero “los demás” no están fusionados a mi, en cambio, yo me quedo conmigo que es precisamente la persona con la que más trabajo me cuesta llevarme bien.
Si tan solo pudiera desentenderme de la fuerza que mi mente le da a mi apariencia, mi vida sería más simple, el tamaño dejaría de importar y yo podría ser una mujer diferente. Se que no puedo sola, se que los demás se dan cuenta, se que esto rebasa los límites de la preocupación “normal” por el peso, se que me hace daño, se que me limita pero ¡no puedo!
Lo que quisiera es amanecer siendo otra, tampoco es posible y, al final tampoco se como salir de mi cuerpo para meterme en el de una modelo y “remediar” todo este embrollo de un plumazo. ¿Y realmente esa sería la solución para enmendar mi talla y enderezar los enredos de mi cabeza?
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